Nuestra Historia
La historia de mezcal Don Mauro empieza un día en 1920, cuando Mauro López se tuvo que ir a esconder en los cerros alrededor de San Pablo Villa de Mitla en Oaxaca por un problema de amor.
Mauro estaba casado, pero decidió irse a vivir con otra mujer. La familia de su esposa estaba furiosa y buscaba a Mauro para reclamarle. Mauro decidió que lo más saludable para todo mundo era que lo dejaran de ver, entonces decidió escaparse a los cerros.
Empezó a hacer de todo para tratar de sobrevivir, pero encontró que en los cerros de Oaxaca había muchas variedades de maguey silvestre: espadín, tobala, tepextate y jabalí entre otros. Mauro traía la vocación de mezcalero en sus genes ya que su padre y su abuelo habían hecho mezcal clandestinamente.
Haciendo uso de sus conocimientos, construyó un pequeño palenque, y empezó a hacer mezcal en el estilo ancestral – con madera, barro y fuego. Cuando llenaba sus ollas de barro, las montaba en su mula y se iba a los pueblos de alrededor a truequear el mezcal por comestibles. Tenía que hacerlo discretamente y con mucho cuidado. Por un lado, ir con prisa podía dañar las ollas, perdiendo el resultado de su esfuerzo. Por otro, la familia de su esposa todavía lo andaba buscando.
Mauro fue cobrando fama como un gran mezcalero, pero siguió con su operación en los cerros hasta 1930, cuando por fin lo perdonaron y pudo regresar a Mitla. Ahi, termino de criar a su hijo y su hija, y consolidarse como uno de los mezcaleros más importantes de Mitla, Oaxaca.
UN LUGAR MÁGICO, EN UN RINCÓN MÁGICO
Haciendo uso de sus conocimientos, construyó un pequeño palenque, y empezó a hacer mezcal en el estilo ancestral – con madera, barro y fuego.